Una dosis de amor propio

El amor propio es un viaje, no un destino. Y lo más hermoso de viajar es todo lo que se vive durante el trayecto.


Cuanto más te quieres, más bella te ves porque estás consciente de aquello que es bueno para tu cuerpo, espíritu y salud mental. También deja ver lo que te hace daño -llámese comida, gente, actividades, productos, lugares-. Por lo general hay días estupendos, aunque también hay otros que restan, pero con la autoestima en alto se transitan con un poco más de amabilidad y ligereza.



Les cuento esto porque hoy hice una meditación guiada que sin saber me llevó a visualizarme en mi adolescencia y a partir de allí, a encontrarme con algunos seres queridos que ya no están en este plano...¡Lo cierto es que fue tan poderosa y liberadora!


Me permitió perdonarme una acción que ejecuté hace más de 25 años que había quedado muy adentro, olvidada...La verdad es que me removió, pero recordarla me permitió entender que quizás ese pensamiento es el impedimento para manifestar la vida que deseo porque sí, reconozco que quiero más...y esto no tiene que ver con la avaricia, la vanidad o la ingratitud. Más bien reflejan las ganas de estar más cómoda, sentirme mejor y poder brindarle a mis afectos una calidad de vida superior.


Varias personas me han comentado que soy de las que bloquea los sentimientos negativos para permanecer en el lado positivo de la vida, pero si algo me ha enseñado la experiencia a la fuerza, es a transitar las emociones desagradables -tal cual como muestra la segunda parte de la película Intensamente, que aprovecho para recomendarles-.


Todos tenemos pensamientos restrictivos que nos condicionan y nos hacen caer en la duda. Se les conoce como creencias limitantes y están muy arraigadas en el subconsciente. Por eso, para cortarlas hay que hacer un trabajo interno insistente y constante. En ocasiones se puede ver saboteado por la flojera, el cansancio o la desmotivación, pero allí es donde entran la disciplina y la intuición.




¿Qué hacer para elevar el amor propio?


Lo primero es estar atentas a nosotras mismas, porque las circunstancias no nos definen. Hay que recordarse a diario lo que valemos y somos.


Lo segundo es actuar bajo nuestras propias premisas, haciendo caso omiso de los intereses de terceras personas. Esto hará que nos mantengamos firmes ante actitudes ajenas que no nos resulten beneficiosas. 


Reconocer y aceptar lo que nos disgusta de nuestra forma de ser, perdonando los errores del pasado. Esto se dice fácil y puede ser un reto, sin embargo, una vez que tomamos la decisión de hacerle frente a esas debilidades es que se pueden modificar para voltearlas a nuestro favor.


Celebrar cada logro -por pequeño que sea- y sentirnos merecedoras de cosas buenas disfrutando a plenitud los momentos bonitos que la vida nos regala, sin remordimiento ni culpa.


Agradecer todo lo que ya es porque somos abundantes. El mero hecho de abrir los ojos cada día es un regalo llenito de salud! Igual que mirar con amor lo que nos rodea: la pijama que nos cubre, la cama donde dormimos, el techo que nos cobija, el cafecito de la mañana...


Nutrir las relaciones sociales conociendo y conectando con gente que siempre motive e inspire a dar lo mejor.




De aquí en adelante, las prácticas son de autocuidado con nuestro cuerpo. 


Hidratarse bebiendo agua y vigilando lo que consumimos (el exceso de harinas y azúcar procesada envejece la piel haciendo que aparezcan arrugas y retrase la producción de colágeno:)


Hacer cualquier tipo de actividad física que ponga el organismo en movimiento 3 ó 4 veces por semana: bailar, practicar yoga, caminar, nadar, saltar la cuerda o ir al gimnasio son buenas opciones que hay que compensar con la contraparte, que es descansar durmiendo bien -entre 7 y 8 horas diarias-.


Dedicarse tiempo para seleccionar la vestimenta del día, aplicar cremas en el rostro y cuerpo, arreglarse el cabello y hasta perfumarse hacen maravillas!


La autoestima es un músculo que se entrena con continuidad, compasión y seguridad. Amarse es una construcción diaria que varía, de ahí la importancia de que la dosis vaya en aumento. A medida que se profundiza en cultivar el amor propio aplicando estas recomendaciones la vida va fluyendo con más facilidad sintiéndose más satisfactoria y por ende, todo ese bienestar interno lo irradiaremos en el exterior.


¡Gracias por estar y acompañarme en el camino! 


Besos,


Charlotte


Mi hermoso ramo de rosas blancas fue hecho por la talentosa florista Malix Suárez @by_malix

El maquillaje de esta sesión estuvo a cargo de la dulce maquilladora Joa Rincón @joarinco

Las fotos espectaculares son de mi querida Leoniberth Castillo @leovisuales

Una dosis de amor propio Una dosis de amor propio Reviewed by Charlotte on agosto 18, 2024 Rating: 5

No hay comentarios: