Cree en tí

Desde hace un par de días he estado reflexionando sobre la relación que existe entre la autoaceptación y verse bien, porque definitivamente en esto de la moda -y en la vida en general-, el trabajo que hay que hacer para lograrlo empieza de adentro hacia afuera. Inicia en el reconocimiento de saber quien eres y entender por qué eres así, para luego establecer hacia donde quieres ir y hasta donde quieres llegar. Créanme: no es nada fácil desnudar todos esos pensamientos ante las distracciones que tenemos con nuestro día a día, además de que sin duda en este tipo de autoanálisis la capacidad para sentirse vulnerable muchas veces aflora. Pero definitivamente hay que concientizar las ganas de romper esquemas para podernos amar, aprobar, aplaudir y deslastrarse de querer cubrir las expectativas de los demás.

Plantarse frente al espejo a solas trae dos realidades: la que él nos muestra con gallardía y delicadeza y la que nosotros mismos percibimos. Aquí es donde entramos con nuestra propia apreciación, una que en ocasiones puede resultar completamente saboteadora porque obviamos la perfección intrínseca que traen las arrugas producidas por la risa -las cuales vemos como una amenaza para estar fuera del mercado-, las canas de la experiencia -que sentimos como un atentado a la belleza eterna-, los gramos que nos sobran o faltan en el cuerpo -que advertimos como si fueran nuestro peor enemigo- y la necesidad de querer vestirte bien para satisfacer al resto del mundo y no a tí, a quien realmente te debes.

De la autoimagen que cultivamos resulta la autoestima que tenemos. Si nos vemos con buenos ojos nos sentiremos bien, consideraremos nuestro valor y nos daremos la importancia que merecemos.

Cuando entendamos que somos seres humanos fantásticos porque somos luchadoras, porque hemos tenido la capacidad de amar, apoyar y levantar a una familia, que insistimos en alcanzar las metas que nos fijamos a diario, que tenemos brillo en los ojos por la madurez adquirida a través de los retos de la vida que se traducen en tener seguridad en las palabras -esa misma que muchos anhelan y que no valoramos-, es cuando empezaremos verdaderamente el proceso de transformación.

Como dicen los hashtags en el dorso de mi top: conquístate, cree en tí, siéntete invencible y poderosa! No permitas que nadie subestime tus capacidades. En mi propio proceso he aprendido a conocerme y a aceptarme. Soy y me siento como el texto de mi franela: sofisticada. Adonde pretendo llegar con esto? Que aunque a mí me agrade ser así, puede que no le guste a todo el mundo, pero no importa!, porque lo que realmente tiene peso es el convencimiento de sentirse bien y cómodo con uno mismo. Quienes me conocen en persona saben que soy una mujer real, lejos del estereotipo de una modelo, sin embargo ser auténtica y fiel a mis ideales es algo que mantengo, permitiéndome reflejar externamente lo que siento internamente.

La autoestima es la actitud mental que adopto respecto a mí y como resultado, la postura corporal es erguida y elegante, permitiéndome caminar con los pies firmes cada vez que piso el suelo, la cabeza con la mirada al frente, conociendo mis capacidades y sintiéndome segura con lo que quiero. Y eso es lo que busco a través de esta faceta como fashion blogger: que ustedes hagan lo mismo. 

Besos, 

Charlotte

Vestimenta: Gantes Couture @gantescouture

Fotografía: Leoniberth Castillo @leoniberthcr